Objetivo: crear las condiciones necesarias para asegurar el crecimiento a largo plazo, fomentando y aportando herramientas a los entornos de negocios para que las empresas puedan invertir y crear empleo con facilidad.
La economía empieza a levantar cabeza tras el batacazo económico de 2020, pero harán falta décadas para remendar el roto que deja la pandemia en el tejido empresarial español. Según datos de Cepyme, en 2021 España ha perdido 40.000 empresas respecto a 2019, a lo que habría que sumar las que han cerrado temporalmente, las que arrastran pérdidas o problemas de liquidez, las que para
sobrevivir tuvieron que reducir su tamaño o las que ni siquiera pueden nacer por falta de capital. De perpetuarse, esto podría frenar en seco el alcance de la recuperación.
Atajar esta situación no sólo es necesario para asegurar que España vuelve a crecer, sino también para meterle mano a una debilidad estructural que la empresa española arrastra desde siempre. “El problema de la economía no es que las empresas sean menos competitivas o productivas que en Alemania, Francia o Estados Unidos, sino que tenemos pocas compañías con un tamaño y desarrollo necesarios que les permitan desplegar toda su potencialidad”, explican fuentes del Ministerio de Economía. Se trata de abonar el clima de negocios para que las empresas puedan
invertir y crear empleo con facilidad, condiciones necesarias para asegurar un crecimiento a largo plazo.
La vicepresidenta y titular de Economía, Nadia Calviño, ya se ha puesto manos a la obra con una de las reformas estructurales que presentará a Bruselas como parte del Plan de Recuperación, la de la empresa española. La primera piedra se puso ayer, cuando el Consejo de Ministros elevó a audiencia pública el anteproyecto de la Ley de Creación y Crecimiento empresarial. Una nueva ley que además de facilitar el nacimiento de sociedades por sólo un euro, castigará a las empresas morosas para asegurar los pagos a tiempo y flexibilizará nuevas vías de financiación de compañías
como el crowdfunding. 'El objetivo es hacer una reforma en el marco institucional que nos permita reforzar las bases parala recuperación económica que ya ha arrancado con fuerza. Queremos reforzar el sustrato micro de este proceso de recuperación y crecimiento para aumentar la productividad, la inversión y la creación de empleo”,
añaden desde Economía.
El anteproyecto incluye un paquete de medidas distribuidas en tres pilares: 1) Agilizar la creación de empresas, 2) Medidas regulatorias y eliminación de obstáculos a la actividad y 3) Flexibilizar medidas de apoyo financiero.
• Hasta 2022 no entrará en vigor. Aun así, la medida todavía tardará en ver la luz. El Gobierno se ha marcado como objetivo tramitar el anteproyecto a lo largo de este año para llevarlo al Consejo de Ministros. En el último trimestre espera presentarlo en el Parlamento, por lo que hasta 2022 no se aprobaría como proyecto de ley.
• Crear una empresa por 1euro. Una de las medidas estrella de la nueva ley es que, a partir de su entrada en vigor, será posible crear una empresa con sólo un euro, y no harán falta los 3.000 que ahora mismo se exigen. Se trata de una iniciativa con la que han coqueteado en el pasado muchos gobiernos de distinto signo político. Concretamente se eliminará el requisito de contar con 3.000 euros para constituir una Sociedad Limitada, reduciendo al mínimo de 1 euro la cuantía necesaria. “En la mayoría de países de nuestro entorno no se exige un capital como el que pedimos en España. Pretendemos que ese capital inicial no sea un obstáculo para que aquellas personas que están pensando en montar una empresa lo puedan hacer”, añaden fuentes de Economía.
También se pretenden agilizar los trámites de creación de empresas, por ejemplo, permitiendo que el proceso pueda solventarse de forma digital en sólo10 días.
• Las empresas morosas no tendrán subvenciones. El Gobierno quiere poner coto a la morosidad, un problema que asfixia a muchas empresas hasta el punto de poner en riesgo su viabilidad, especialmente en momentos de crisis, El problema es que en España no existe un régimen sancionador para quien no pague a tiempo. Esto hace que, a día de hoy, el plazo medio de pago-se sitúe en 94,13 días, muy por encima del plazo de 30-60 días que establece la ley. Pero a partir de la entrada en vigor de la ley, cumplir los plazos de pago
se convertirá en un requisito necesario para el acceso a las subvenciones públicas: “No podrán obtener la condición de beneficiario las empresas que incumplan los plazos de pago previstos en la citada ley”, señala el texto al que ha tenido acceso este diario. Para ello se modificará la Ley de Contratos Públicos.
Pagar a tiempo también será criterio para poder optar a contratos de obra pública, “para garantizar que los adjudicatarios abonen en tiempo el precio pactado con los subcontratistas”. Se modificará la Ley General de Subvenciones.
• ¿Quién se pasará de plazo? La nueva ley tendrá como base los plazos de pago de la Ley de Morosidad. Según esta medida, en el caso de que se haya acordado un día concreto de pago, el plazo de pago no podrá superar los 60 días naturales desde la recepción de la factura. En cambio, si no se hubiera
pactado un día de pago, el plazo no podrá exceder los 30 días naturales.
• ¿Cómo se controlarán los retrasos en el pago? Hay dos herramientas que servirán al Gobierno para evaluar el éxito de su medida contra la morosidad, La primereas la generalización de la factura electrónica. La nueva ley ampliará la obligación de expedir y remitir facturas electrónicas a todas las empresas y autónomos, lo que garantizará la trazabilidad y control de pagos. Para que no suponga un coste para las empresas irá incluida dentro de paquete de servicios subvencionados. En segundo lugar, se creará un Observatorio de la
morosidad, que llevará un seguimiento de la evolución de los periodos de pago y de la aplicación de la normativa.
• Actividades exentas de licencia. La nueva normativa también modifica la Ley de medidas de liberalización del comercio. Concretamente ampliará el catálogo de actividades económicas exentas de licencia e incorporará al listado de la normativa básica estatal las actividades que hayan sido
consideradas inocuas por a) menos, una Comunidad Autónoma.
• Facilidades para reclamar cuando se impide la libre actividad. El Gobierno modificará la Ley de Garantía de Unidad de Mercado para que las empresas o consumidores que encuentren dificultades en una comunidad debido a una mala praxis puedan comunicarlo. Concretamente se reforzarán las ventanillas en las que las empresas pueden reclamar cuando consideran que las Administraciones no cumplen los principios de buena regulación económica o impiden la libre actividad.
• Flexibilizar la financiación no bancaria. Otro de los grandes problemas que afrontan muchas empresas de nueva creación, junto a la propia inversión de partida, es el acceso a fuentes de financiación que den un primer impulso a la compañía. “Una gran parte de la financiación se canaliza a través del sistema bancario, pero sabernos que el crecimiento empresarial requiere y agradece otros instrumentos más adaptados a etapas tempranas”, explican desde Economía. Por ejemplo, habrá mejoras en la inversión colectiva y de capital riesgo, y también se flexibilizará la regulación sobre financiación colaborativa (crowdfunding) para que estas plataformas puedan tener más impulso. En el caso del crowdfunding, se flexibilizará la inversión para inversores minoristas, a un límite único de 1.000 euros o el 5% de la riqueza, y se facilitará que puedan invertir por encima de ese límite.
Fuente: EXPANSIÓN - ANÁLISIS – por Inma Benedito – 28 JUL. 2021
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